Foto, tomada de un estudio, de un oso excavando en busca de palomillas. Las palomillas en fuga están circuladas en amarillo.
Cada verano, ocurre una cena peculiar en las montañas del Parque Nacional de los Glaciares. Normalmente lo puedes escuchar antes de verlo–las piedras pequeñas chocan mientras patas pesadas excavan el talud suelto. Este banquete extraordinario es una de las claves de la supervivencia de una especie icónica: el oso pardo.
Por lo grande que son estos animales, el plato principal de esta cena es sorprendentemente pequeño. La palomilla del gusano cortador del ejército, mide alrededor de tres cuartos de pulgada, y es una de las mejores y más importantes fuentes de alimentos disponibles para los osos pardos. Una nueva investigación, dirigida por Erik Peterson y hecha posible con tu apoyo, nos ha dado el conocimiento más detallado hasta ahora sobre la fascinante y sorprendente interacción entre estas especies.
La palomilla del gusano cortador del ejército, también conocida como palomilla molinera, es un insecto ordinario que emigra desde los Gran Planes para pasar sus veranos en las franjas de rocas sueltas sobre los árboles en las Montañas Rocky. (Las franjas están hechas de pedazos de rocas sueltas–imagina grava grande y escamosa) Cuando las palomillas llegan al alpino, pasan sus días descansando en pequeños espacios con aire bajo las rocas. En la noche, se alimentan del néctar de las plantas alpinas.

Una palomilla de gusano cortador del ejército que se aferra a una roca. Foto: Erik Peterson
Las palomillas que llegan al parque y encuentran un hogar arriba en la Montaña Camino-al-Sol, El Monte Siyeh, o alguna otra palizada icónica, tienen alrededor del 15% de grasa corporal. Durante el verano, sucede algo fascinante. Este estilo de vida de descansar en el día y alimentarse con néctar por la noche permite a las palomillas acumular algunas de las mayores reservas de lípidos (grasas) que se encuentran en cualquier parte del reino animal.
Para cuando los osos pardos llegan a alimentarse, estas palomillas usualmente tienen más del 70% de su peso corporal en lípidos, haciéndolas mucho más ricas en calorías que cabras o cervios o cualquier cosa que un oso pardo en el Parque Nacional de los Glaciares pudiera cazar. Son, como le gusta decir a Erik Peterson, mantequilla para los osos.
Para tener éxito como un oso pardo, tienes que ser bueno en matemáticas. La vida de un oso consiste en asegurarse de que sus reservas de grasa son suficientes para la hibernación, para sobrevivir otro año, y para criar. La ecuación es simple: energía para hibernación = calorías consumidas – calorías quemadas. Los osos tienen que comer lo más que sea posible, y a la vez utilizar lo mínimo de energía posible. Esto significa que aunque un alce adulto contiene una carga enorme de calorías, la energía necesaria para cazarlo significa que rara vez vale la pena. Por otra parte, las palomillas no ponen resistencia.

Los osos pardos utilizan sus hombros poderosos para excavar en las rocas.
Foto del estudio
Los osos pardos son omnívoros generalistas: comerán casi cualquier cosa que tenga sentido matemáticamente (es decir, que no es demasiado trabajo casarlo). Por tener una necesidad alimentaria tan amplia, en teoría podrían utilizar muchas hábitats. Su rango es limitado por el disturbio de los humanos y la cantidad de comida disponible. Es decir, el mejor hábitat para los osos pardos tiene que tener muchos alimentos y poca interacción con los humanos.
Entonces, regresamos a las palomillas. Las palomillas de gusanos cortadores del ejército son un alimento ideal para los osos pardos: tienen muchas calorías, son fáciles de cazar, viven en elevaciones altas donde los humanos son pocos, y están disponibles en el verano cuando los osos pardos están activos.
La dificultad que es acceder al hábitat de las palomillas es una beneficia para los osos, pero ha dificultado el estudio de esta relación. Por eso, Peterson utilizó una amplia selección de metodologías para superar estas dificultades. Cámaras infrarrojas de alta definición montadas en los helicópteros de Two Bear Air (Aires Dos Osos), fueron utilizadas en las inspecciones aéreas que identificaron los sitios donde los osos pardos se alimentan de palomillas. Se realizaron encuestas en el suelo para identificar más sitios de excavación, los cuales se distinguen de los sitios de estratificación por lo congregados que están, y los osos en busca de alimento no excavan hasta el suelo como lo haría un animal creando un abrevadero. Más de 100 sitios de excavación fueron identificados en el parque de esta manera.

Un grizzly buscando palomillas. Foto: Andrew Smith/GNPC
Los sitios de las palomillas son increíblemente importantes. Una vez, en una sola encuesta, Peterson y su equipo observaron aproximadamente el 10% de la población total de osos pardos del parque, alimentándose de palomillas en un área que representa menos del 0.5% de la extensión del parque. Los sitios de alimentación, identificados a través de las encuestas aéreas y terrestres, se utilizaron como base en un modelo que puede predecir ubicaciones adicionales de las palomillas y los osos pardos.
Este modelo le da datos muy potentes a la administración del parque. El futuro de la población de los osos pardos en el parque depende de un recurso (palomillas) concentrado en una pequeña, abrupta, y remota parte del parque. Entender dónde ocurre la alimentación de palomillas, y por qué es tan importante permite a los gerentes monitorear las concentraciones de palomillas y tomar las medidas necesarias para proteger a los osos pardos en estos lugares. El apoyo de los donantes hace que la ciencia como esta sea posible, y le da a la administración del parque las herramientas necesarias para asegurar que el parque sea el hogar de la población próspera de los osos pardos por las generaciones que vienen.
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